Olvidados en un cajón, en el interior de un gran mueble o incluso en una caja de cartón con más humedad que resistencia, muchos todavía conservan aquellas cintas VHS que grabaron en su momento, con una cámara que pesaba lo suyo, pero que era uno de los objetos más importantes para la familia, porque a través de ella se podían captar esos momentos únicos y especiales que hoy por hoy son solo recuerdos. Todos tenemos grabaciones analógicas de aquellos años, con cumpleaños, bodas, comuniones y todo tipo de celebraciones que quedaban inmortalizadas por algún profesional que luego vendía esas cintas, ya editadas, para verlas en un VHS, o por el típico familiar apasionado por el cine y el mundo audiovisual, que se compró la cámara pensando en convertirse en el siguiente Spielberg, pero solo la utilizaba en los eventos familiares, para tener ese recuerdo guardado para siempre…
Hablamos de todo esto como si hubieran pasado décadas, cuando en realidad este tipo de cámaras todavía eran muy comunes a finales del siglo pasado, es decir, en la infancia o adolescencia de muchos de los que están leyendo esto. Si en aquel momento alguien nos llega a comentar que hoy por hoy, solo veinte años después, íbamos a tener cámaras totalmente profesionales en nuestros teléfono móviles, con una calidad suficiente como para grabar películas con ellas, seguramente le habríamos tomado por un loco. Pero aquí estamos, con el avance indispensable de la tecnología poniendo a nuestro alcance ingenios que hasta hace dos días eran impensables. La llegada de estas cámaras de gran calidad a los móviles ha hecho que el mercado de las cámaras de vídeo haya quedado en un segundo plano, pero todavía son muchos los que quieren tener ese plus de calidad y manejabilidad que te da una cámara en condiciones, alejándose de lo que el móvil ofrece en busca de más y mejores opciones. Aquí te dejamos algunas claves a tener muy en cuenta a la hora de comprar una cámara de vídeo.
El presupuesto
Como para cualquier compra, lo primero que miramos siempre es el presupuesto. Y es que no es lo mismo apuntar hacia las cámaras profesionales de más de 2.000 euros que tener que conformarnos con aquellos que están en torno a los 500, porque es justo lo que nos podemos gastar. Está claro que tampoco podemos pensar solo en la cámara, que aunque es el principal objeto de compra, no será el único. También debemos prestar atención a los trípodes, a las lentes que vamos a necesitar, fundas, baterías… Eso también debe formar parte del presupuesto que tengamos, y en torno a ello elegiremos el tipo de cámara al que podremos aspirar. Un buen consejo que suele funcionar siempre es ahorrar bastante para poder permitirte una cámara mejor de la que pensabas en un primer momento.
El tipo de vídeo que quieres grabar
Y es que no será lo mismo grabar momentos familiares o pequeños proyectos personales que querer grabar vídeos cien por cien profesionales que luego editaremos y colgaremos en Internet, con la mayor calidad posible. Si somos aspirantes a cineastas o a operadores de cámara, también debemos tener en cuenta lo que buscamos para acudir a un sector de cámaras u otro. Tenerlo claro nos facilitará mucho encontrar la cámara perfecta, y es que al final no todas sirven para lo mismo, y habrá algunas que cuenten con características especiales que nos sirvan mucho más, y otras que, por muy buenas que sean, serán demasiado caras o tendrán muchas funciones que no utilizaremos, y tampoco valdrá la pena aspirar a ellas. Obviamente, si queremos obtener un resultado profesional debemos acudir a cámaras mejores, y por tanto, también más caras.
Características que debes tener en cuenta
Seguro que ya te has dado un paseo por alguna tienda para ver qué tipo de cámaras hay en el mercado, o puede que incluso hayas hecho un estudio exhaustivo de todo este sector a través de Internet. Habrás notado, por tanto, que hay ciertas características imprescindibles que debes tener en cuenta a la hora de escoger tu cámara, y que determinarán su uso y su eficacia en tus proyectos. Por ejemplo, los controles manuales, que vienen en todas las cámaras buenas y que nos permiten tener un control absoluto sobre las lentes, la apertura de luz… Es importante contar con estos controles y no dejarnos llevar solo por el modo manual, porque al final perderemos capacidad de control sobre el vídeo que estamos grabando. Otra característica importante en este sentido es la pantalla que la cámara trae consigo, donde podremos comprobar lo que estamos grabando. A veces está incrustada en su parte posterior, y otras es una pestaña que sale fuera, bastante cómoda.
Cuando compras una cámara semiprofesional o profesional siempre debes tener en cuenta que sea compatible con distintos objetivos, que serán los que nos permitirán obtener las imágenes que queremos de la mejor forma posible. El macro, el ojo de pez, el gran angular… Todos estos objetivos nos serán útiles en un momento dado, así que la compatibilidad de la cámara con ellos debe ser total. No podemos olvidarnos tampoco del tipo de archivo en el que se guarda nuestro vídeo. Hoy por hoy todas las cámaras son digitales y funcionan con discos duros o tarjetas de memoria, de gran capacidad, ya que el video con mucha calidad pesa bastante. El tipo de archivo en el que guardemos nuestros videos terminará igualmente su calidad, su exportabilidad, y la manera en la que tendremos que editarlo posteriormente en cualquier programa informático de nuestro gusto. El estabilizador, la calidad del audio y el formato de grabación también son características muy a tener en cuenta.
Algunas cámaras recomendadas
Después de comprobar que hay mucho en lo que pensar a la hora de comprar una cámara de vídeo, porque es una decisión que no se puede tomar a la ligera, vamos a terminar este artículo con algunas recomendaciones que normalmente suele ser muy útiles para aquellos que buscan cámaras de buena calidad pero a precio contenido. Las cámaras réflex se ha convertido en una referencia dentro de este sector, y algunas, como la Nikon D7500 o la emblemática Canon EOS 800D se están vendiendo muy bien en estos últimos años. La Sony A7 III va un poco más allá en sus opciones y nos ofrece una grabación impecable, mientras que la Lumix GH5S de Panasonic también está dando mucho que hablar por su versatilidad, su poco peso y sus opciones avanzadas para todo tipo de grabaciones.